La evolución de las princesas Disney (III). El propósito por cumplir

Puedes leer la segunda parte aquí.

A pesar de que Mulan se estrenó sólo tres años después de Pocahontas, la forma de concebir a ambas protagonistas no fue la misma. Y, de hecho, en este artículo veremos a cuatro personajes femeninos muy distintos entre sí, aunque seguirán teniendo un patrón en común. Y es por estas similitudes por las que he decidido agrupar Mulan, Atlantis: el imperio perdido, Tiana y el sapo y Enredados en un mismo artículo (aunque Tiana podría tener un artículo para ella sola), pero iré matizando aspectos individuales de cada una cada vez que sea necesario.

En estas películas, las princesas tienen mayor dimensión y son las que dirigen la acción. Siguen siendo atractivas, pero su aspecto físico ya no es una cualidad que la película destaque, sustituyéndola por otras como la tenacidad, la valentía o la inteligencia. Tienen un sueño o una meta, y el interés romántico deja de ser el centro de la historia y pasa a ser un complemento a esta. También vemos cómo desaparecen tanto el amor predestinado como el amor a primera vista, que en algunos casos se sustituye por cierta atracción física inicial, y la relación con el príncipe se sigue construyendo poco a poco, pero con una diferencia: nada más conocerse se crea un conflicto entre ellos, pero a lo largo de la película los protagonistas van estrechando lazos y rompiendo esta primera mala impresión, hasta acabar enamorados. En cuando a los villanos, si Ariel, Bella, Jasmine y Pocahontas rompían con ese halo de temor y empezaban a plantarles cara, estas princesas se enfrentan directamente a ellos, llegando incluso a matarlos en el caso de Mulan.

MULAN (1998)

Mulan es una chica alegre y despistada a la que se le acerca el momento de contraer matrimonio. Conseguir casarse con un buen hombre es fundamental para traer honra a su familia, pero, por mucho que se esfuerce, Mulan no parece estar a la altura de lo que se espera de ella. Estos serán los dos ejes centrales de la historia: las dificultades y las consecuencias de romper unos marcados roles de género, y la lucha entre lo que su entorno espera de ella y su auténtica forma de ser.

Y hablando de su personalidad, esta es la primera vez que una princesa tiene unos rasgos que la trama no considera positivos. Me explico. En el primer artículo establecimos que esas primeras princesas eran el ideal de la “mujer perfecta”: amables, cariñosas y bondadosas. En la segunda etapa ya empezamos a ver a princesas despistadas (Ariel) o testarudas (Jasmine y Pocahontas). Pero estas características, a pesar de que no tienen por qué ser positivas, no son interpretadas como grandes defectos por la espectadora, ya que la película no vuelve estas personalidades en contra de sus protagonistas. Por el contrario, la personalidad de Mulan está dibujada como un auténtico obstáculo para ella, llevándola a ponerse en peligro a ella y a los demás y a decepcionar a sus seres queridos en más de una ocasión. A pesar de que su personalidad también está condicionada por los roles de género, Mulan rompe con esta concepción de la “princesa perfecta”.

Pasemos a hablar del romance. Como hemos comentado, esta pareja seguirá la tendencia de construir su relación poco a poco, pero esta vez partirán de una base de conflicto. En el caso de Mulan y Li Shang, empiezan teniendo una relación estrictamente profesional, sin que una parte muestre atracción por la otra, y no será hasta la mitad de la película cuando ella nos deje ver que se está enamorando. Además, estos sentimientos no surgirán a partir de la atracción física como habíamos visto anteriormente, sino a partir de la admiración que sienten el uno por el otro.

Por otro lado, en esta película vemos de nuevo el recurso que comentamos en el artículo anterior, donde se coloca a la princesa en la posición de salvadora con respecto al príncipe, aunque con una ligera diferencia. Mientras que Ariel, Bella y Pocahontas salvaban a su enamorado con actos impulsivos o cuidando de él como haría una madre o una enfermera (estereotipos asociados al género femenino), Mulan mezcla la impulsividad con inteligencia, intentando así salirse del marco de los roles de género.

Hay una escena en concreto que me gustaría comentar, y es la conversación que mantienen Mushu y Mulan cuando sus compañeros descubren que es una mujer y la abandonan en la montaña. Mulan se plantea si se alistó en el ejército por su padre o si realmente lo hizo por ella misma, para demostrarse a sí misma y a los demás que podía lograr algo y llegar a ser alguien de valía. Esta reflexión es interesante por dos razones:

1. Demuestra una profundidad de personaje que no habíamos visto en ninguna otra princesa.

2. Nos muestra a una Mulan que se plantea su propósito vital más allá del amor y una trama que, por primera vez en una historia de princesas, no gira alrededor del romance (de hecho, no se lamenta por haberle mentido a Shang en ningún momento)1.

Para acabar con Mulan, hablemos brevemente de la relación que establece la protagonista con los demás personajes. Como adelantaba al principio, esta princesa se enfrenta al villano de una forma mucho más directa de lo que habíamos visto hasta ahora. Concretamente, les vemos cara a cara en dos ocasiones: durante la batalla de las montañas y en la pelea final en palacio. Pero también es interesante este contacto porque Shan Yu ve a Mulan en todo momento como a una igual, tanto en las montañas vestida de soldado como en la ciudad vestida de mujer. El villano es uno de los pocos personajes que respeta a Mulan como mujer, y combate contra ella sin menospreciarla, algo relevante en una historia donde las mujeres no tienen lugar en la esfera pública.

Otro momento donde podemos ver a la princesa valorada por sus habilidades más allá de su género es durante la batalla final. Mulan tiene la idea de vestir a sus compañeros como mujeres para infiltrarse en palacio, y ellos aceptan este plan y lo ejecutan sin problema, haciéndonos ver que valoran y respetan la astucia de su compañera.

ATLANTIS (2001)

“¿Qué? ¡PERO SI KIDA NO ES UNA PRINCESA OFICIAL!” Lo sé, pero tengo una explicación.

Si examinamos las películas, nos daremos cuenta rápidamente de que Disney construyó de forma prácticamente idéntica a cuatro personajes femeninos: Jasmine (Aladdin, 1992) fue la que creó este molde, y le siguieron Esmeralda (El jorobado de Notre Dame, 1996), Megara (Hércules, 1997) y Kida (Atlantis: el imperio perdido, 2001). Las cuatro están pensadas para ser el interés romántico del héroe protagonista y, en algún momento, se pondrán en peligro para que él las rescate. Desprenden sensualidad, y son elocuentes y decididas. Sin embargo, Disney únicamente incluyó a una de ellas en el canon oficial de princesas. El por qué no lo sabemos a ciencia cierta, pero está claro que el éxito de la película y los intereses económicos de Disney influyen en la decisión de qué princesas entran en el canon y qué princesas no. Y, en el caso de Kida, su película fue un fracaso en taquilla. Aun así, he querido hablar de ella brevemente en este análisis porque presenta las mismas características que sus compañeras, aunque, como Jasmine, no tenga un papel protagonista.

Kida es una mujer tenaz y extrovertida, cuya mayor preocupación es proteger la marchita cultura atlante y cuidar de su gente, quienes viven prácticamente entre ruinas. No aparece hasta la mitad de la historia, pero nada más empezar se nos muestra su pasado, enseñándonos que es un personaje importante y que tiene un trasfondo relevante para la trama.

Como ya he dicho, Kida se pone en peligro llegado el momento y son los héroes quienes tendrán que rescatarla, así que ella no tiene un papel activo en la batalla final. Aun así, podemos ver en varias ocasiones que no teme enfrentarse directamente con los villanos y que no está en situación de desventaja, gracias a sus habilidades en el manejo de arma blanca y la lucha cuerpo a cuerpo y a sus dotes de liderazgo.

En lo que respecta al romance, este también se construye con el tiempo, a pesar de que la primera vez que se encuentran cara a cara, Milo se siente atraído por Kida. Ella le toma como a alguien hostil, pero a base de pasar tiempo juntos descubren que se compenetran y que tienen cosas en común, como su interés por la cultura atlante. Al final de la película, vemos la misma resolución que en Aladdin, donde es el héroe quien decide dejar su mundo atrás para quedarse con la princesa y no a la inversa. Y, al igual que en Mulan, la película apenas le da importancia a este romance dentro de la trama, priorizando otros puntos como la supervivencia de la ciudad, el cristal y su peculiaridad, o la relación entre Kida y su madre.

Antes de pasar a Tiana y el sapo (o La princesa y el sapo) me gustaría hacer un poco de contexto al ser casi una década la que separa a Tiana de la última princesa. Y no una década cualquiera.

Entre los años 1999 y 2008, las producciones animadas de Disney no cosecharon muy buenos resultados en taquilla. Fue una etapa de experimentación y, a excepción de algún título como Lilo y Stitch (2002) o Hermano oso (2003), la productora no conseguía igualar las cifras de películas pasadas2. Por otro lado, Dreamworks, la principal competidora de Disney, lanzó varios éxitos en esos años, entre los que destacan Shrek (2001) y Shrek 2 (2004). ¿La clave del éxito de estas dos cintas? Su sentido del humor, su banda sonora, sus personajes carismáticos… y la subversión del cuento clásico.

Si algo se le dio bien a Shrek fue coger todo aquello asociado a los cuentos típicos de príncipes y princesas (y que el imaginario colectivo asociaba a Disney) y ponerlo completamente del revés: el hada madrina bondadosa convertida en la villana, un monstruo como príncipe azul, un príncipe azul pretencioso y egoísta… Incluso la princesa es una caricatura de ella misma.

Quizá fue bajo esta influencia o quizá fue por decisión propia, pero en 2007 Disney estrenó Encantada, una película mezcla de animación e imagen real que, a través de la historia de Giselle, parodia aquellos tópicos que han marcado la historia de la compañía y de sus protagonistas femeninas. La fórmula gustó y, a partir de ese momento, Disney decidió desmarcarse de los antiguos estereotipos parodiándolos o criticándolos abiertamente, y esto será algo que veremos a menudo en las películas de princesas a partir de ahora.

Todo esto, sumado a que el público pedía activamente un cambio de paradigma en este tipo de historias, dio como resultado a Tiana.

TIANA Y EL SAPO (2009)

Tiana es una chica decidida y tenaz con un sueño: construir el restaurante del que su padre hablaba cuando era pequeña, antes de morir. Pero su familia no dispone de muchos recursos, así que, para lograr reunir el dinero suficiente, no duda en pluriemplearse y ahorrar cada dólar que gana, aunque eso le cueste su vida social.

En una escena, su madre le insiste en que no se obsesione con trabajar en exceso y con el restaurante y dedique tiempo a buscar a su “príncipe azul”, pero Tiana no quiere ni oír hablar del tema. Sí, esta es una de las formas que tiene la película de deshacerse de antiguos estereotipos, y veremos ejemplos como este constantemente. Pero el más claro es Charlotte, la mejor amiga de Tiana, quien está pensada como personaje cómico y princesa estereotípica, para que así el público note claramente qué diferencia a Tiana de las antiguas princesas. Charlotte es caprichosa y consentida, y sueña con casarse con un príncipe. El que sea, mientras tenga este título. Incluso declara en la primera escena que “besaría a cien sapos para casarse con un príncipe”.

En lo que respecta a la construcción del romance, esta película introduce una fórmula, más habitual quizá de comedias románticas que de cintas de animación, y que veremos como más adelante repetirá Enredados:

1. El príncipe y la princesa se conocen. Ella siente un fuerte rechazo y muestra agresividad, él intenta coquetear cómicamente.

2. Comienzan a hablar y se dan cuenta de que pueden ayudarse mutuamente, así que deciden hacer un trato y, cuando este finalice, cada uno se irá por su lado.

3. Emprenden el viaje y se encuentran con obstáculos que van superando. En un momento dado se produce un punto de inflexión, gracias al cual intiman y descubren las cualidades de la otra persona.

4. Se dan cuenta de que están enamorados, y este amor se vuelve igual o más importante que sus antiguas ambiciones. Pero surge un conflicto que les separa, aparentemente para siempre.

5. Deciden escuchar a su corazón y enfrentar este problema. Harán algún sacrificio en el camino, pero acabarán llegando al final feliz.

Además, como adelantamos cuando hablamos de La bella y la bestia, Tiana y el sapo vuelve a recuperar el concepto de “hechizo roto por un beso” después de varios años sin recurrir a él. Pero decide darle la vuelta, y no sólo porque convierte a Tiana en rana en vez de devolverle a Naveen su forma humana. También porque, al final de la historia, vemos como la magia se rompe en el momento en el que ambos han aprendido una lección y han hecho un cambio, y no únicamente por el beso en sí.

Para acabar, quiero comentar rápidamente el mensaje que intenta transmitir la película. Como una forma también de romper con la primera generación de princesas, Tiana se manifiesta en contra de confiar su futuro al destino o a los sueños, alegando que, sin trabajo duro, ningún deseo puede cumplirse. Por ejemplo, en varios momentos de la película se habla sobre pedirle deseos a las estrellas, y ella se muestra reticente a creer esto. Cambiar este planteamiento implica cambiar por completo el sentido de la historia, aunque la resolución de la trama acabe volviendo a antiguos paradigmas haciéndoles ver a Naveen y a Tiana la importancia del amor romántico.

ENREDADOS (2010)

Para acabar, hablemos de Rapunzel, a quien podríamos considerar (con permiso de Mulan) una de las princesas con más peso en la trama de su película y más profundidad como personaje de las que hemos analizado hasta ahora. Veamos por qué.

Rapunzel ha vivido toda la vida encerrada en una torre, y sueña con salir la noche de su cumpleaños a ver de cerca los farolillos que cada año ve desde su ventana. Este deseo lo leemos como curiosidad por ver el mundo exterior, pero también como una gran necesidad de autodescubrimiento y de encontrar su lugar en el conjunto de la sociedad, algo que puede remitirnos a Mulan.

Además de esto, también es muy interesante la relación que la princesa establece con la villana y con el príncipe. Por un lado, Gothel ha criado a Rapunzel inculcándole ideas sobre la peligrosidad del mundo exterior y su incapacidad para enfrentarse a él, cosa que la ha convertido en una chica insegura, inocente y temerosa de herir o decepcionar a su madre, la única persona en quien puede confiar (¿te recuerda esto a El jorobado de Notre Dame?). Aun así, poco a poco se arma de valor y empieza a tomar decisiones y correr riesgos y, al darse cuenta de que es capaz de resolver los conflictos que se le ponen por delante, su autoestima se va fortaleciendo, llegando a un punto donde es capaz de enfrentarse directamente con Gothel. A pesar de que son el príncipe y Pascal quienes dan el golpe de gracia en la batalla final, la gran evolución como personaje que sufre Rapunzel no queda desvirtuada.

Por otro lado, está la relación con el príncipe. Como hemos comentado, su romance se construye con el mismo patrón que siguen Tiana y Naveen. Pero más allá de esto, Rapunzel es la absoluta protagonista de su historia, y es la que va empujando la trama y llevando a los personajes de un lado a otro, especialmente a Flynn. De hecho, es ella la que consigue solventar los problemas que les van surgiendo en el camino y la que decide qué dirección tomar, mientras él la acompaña y le sirve de apoyo. Esto es algo que no habíamos visto hasta ahora, y será una línea que seguirán las películas de princesas a partir de ahora.

En 2012, Disney y Pixar se unieron para dar vida a Mérida, un personaje que creó un nuevo paradigma de princesa y dio pie a la desaparición del príncipe.

Puedes leer la cuarta (y última) parte aquí.

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1 González Vera, P. (2013). Cenicienta, Bianca y Mulán, la representación de la mujer a lo largo de la historia. En A. M. Ramos, C. Ferreira Boo, L. Lorenzo García, B. A. Roig Rechou, V. R. Kenfel (coords.) La familia en la literatura infantil y juvenil: A família na literatura infantil e juvenil, Asociación Literaria Nedro, p. 157 – 176 (p.167 – 169).

2 Pizarro, M. A. (22 noviembre 2019). Las épocas por las que ha pasado la factoría Disney. Recuperado de https://www.ecartelera.com/noticias/epocas-pasado-factoria-disney-57840/