Guía para el BDSM low-cost (parte uno)

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Supongamos que quieres curiosear en torno al BDSM. Pero… hay infinidad de gadgets, juguetes y artilugios, y muchos no sabes para qué sirven. Además, no son baratos, por lo que quizás es una inversión que dudas hacer, porque no sabes si te va a gustar o si lo utilizarás más de una vez. El BDSM es un juego muy físico y verbal. Partiendo de esa base, acoge multitud de prácticas que pueden requerir de objetos, estancias, etc. Algunos son muy concretos y no se pueden replicar… Pero hay formas de experimentar de forma segura y económica.

Que no hayan equívocos: que muchos objetos sean muy caros, no es malo. Por lo general son de muy buena calidad, y, si los cuidas bien, te pueden durar años o incluso toda la vida. Pero claro, si no tienes demasiada idea y quieres tantear primero, puede que no sea la mejor idea comprar a lo loco.

La buena noticia es, que con muy pocos recursos puedes explorar alguna de estas prácticas. Y aunque tengas todos los juguetes del mundo, no quiere decir que tengas que dejar estas prácticas más “improvisadas”; a veces, encierran más morbo. 

Total: si alguna práctica en particular de las propuestas aquí te gusta mucho, y quieres más, entonces tendrás muy claro en qué quieres gastarte dinero. En vez de dar palos de ciego o comprar gadgets que «crees» que te gustarán.

Ante todo, creatividad y seguridad. Vamos al lío:

Azotar 

Manos: Es la mejor opción en términos de posibilidades y regular fuerza. Además tiene el añadido del contacto piel con piel; el campeón en todas las categorías, y no necesitas más que tus manos. 

Reglas: Reglas de medir, claro: JAMÁS se utilizan por el canto, puede hacer muchísimo daño. Suelen ser de plástico y muy largas, por lo que un movimiento muy brusco podría partirlas. Por otro lado, esa elasticidad hace que se pueda azotar haciéndola rebotar, lo cual puede producir un “picor” muy interesante. Producen un sonido seco muy sexy, y por lo general el daño que producen no es muy alto. 

Cinturones: Una opción popular, pero hay que andarse con ojo, pues se pueden dar azotes bastante fuertes con relativa facilidad y sin darnos cuenta. Igual que las reglas hay que evitar utilizar el canto, y en este caso NUNCA golpear con la hebilla. Las formas más seguras de utilizarlo son:

Aunque este cinturón es elástico, la idea es la misma. Protege la hebilla con tu mano, y ayúdate con la otra para maniobrar el cinturón. Puede pegar duro, así que haz movimientos amplios, pero algo lentos y no muy fuertes; luego si quieren más fuerza, ya la pedirán, pero hay que ir con cautela.

Espátulas: Emulando a una pala, cualquier espátula de cocina, sea de plástico o madera sirve. Su uso tiene muchas virtudes: debido a que son superficies planas, es fácil que haga bastante ruido al impactar, pero que su daño no sea (por lo general) muy elevado. Si alguien tiene una tolerancia media al dolor, lograrás propinar azotes fuertes, que se escuchen espectaculares, y que el daño sea bastante menor del que parece. Incluso los azotes flojos con espátula pueden servir para “calentar”, siendo aptos para todos los niveles. Muy recomendado.

Algo a valorar sobre objetos y azotes: cuanta más superficie impacte, menos “pica”. Pero cuanto más se reduce, como pasa con las fustas, es más intenso. 

Maniatar

Para atara muñecas o tobillos, tenemos unas cuantas opciones: pañuelo largos, chales, camiseta larga o jersey de tela elástica, o incluso alguna manta no muy grande. Es importante que la tela no sea demasiado gruesa o poco flexible, porque quieres poder maniobrar con ella sin mucha dificultad. Pero los tejidos más suaves se deslizan más, hay que tenerlo presente. Recomendable tener unas tijeras (cuidado con la punta) cerca, por si algo se lía demasiado, poder cortar rápidamente y que nadie se agobie o haga daño.

Aviso:

La ficción ha popularizado el uso del cinturón para maniatar, pero la verdad es que es recomendable NO hacerlo. Para empezar, es bastante complicado hacerlo de forma efectiva, pero lo importante es que al ser tan duro, puede dañar las muñecas. Así que mejor, olvidémonos del cinturón… si eso, para los azotes.

Dicho esto, si hacer nudos simples para inmovilizar te atrae un mínimo, baraja la posibilidad de comprar unas CUERDAS DE BONDAGE, porque es probable que las utilices bastante. Se suelen distinguir de las de shibari (una práctica disitinta que no tiene por qué ser sexual) porque suelen ser de colores llamativos, son de algodón y porque son mucho más gruesas. Se deslizan muy bien, y hay muchos tutoriales de bondage súper fáciles de hacer. Además, si tienes estas cuerdas, puedes probar un extra:

Flogger utilizando cuerdas

El flogger o flagelador, es una variante del látigo. Se utiliza para azotar, y las cuerdas pueden emularlo. Si las doblas sobre sí mismas y las agarras por un extremo, en el otro tendrás numerosas terminaciones de la cuerda con las que azotar.

Prueba a acompañar el brazo al hacerlo, o a girar la muñeca, o dibujar círculos en el aire; la cosa es probar la sensación para saber si nos gusta.

¡Y hasta aquí la primera parte! Al ser un tema bastante extenso, he decidido dividirlo en dos. La segunda parte llegará pronto, así que no os vayáis muy lejos…

Aunque podéis ir a la cocina a por una espátula