«Vamos, guarrilla, chúpame la polla…»
Wow, espera. ¿No crees que es un poco feo y básico? Tan sacado de clásica peli porno patriarcal… O al menos, a mí me lo parece. ¿A tí te lo parece?
Sí, la verdad es que visto así… no me suena muy bien a mí tampoco. Me he flipado un poco.
Pero quiero que sigamos, y quiero chupártela.
Lo sé, y yo. Pero me gustaría encontrar otra forma de pedírtelo, y que podamos seguir en el juego de Dominante y Sumisa.
Mmm… qué tal: «Sé una buena chica y chúpamela»
No está mal. Pero chica… llámame puñetero, pero chica me suena a… niña pequeña y no me mola.
No no, si no te sientes cómodo no pasa nada. Pero entonces, «sé una buena mujer», se me hace extraño. ¿A tí no?
Bastante. «Sé una buena mujer y chúpamela»… no, definitivamente. ¿Y si digo: «chúpamela, por favor»?
Ui no no. Si estamos con los roles de dominación y sumisión, que me lo pidas con tanta educación justo ahora… Quiero decir, que puedes hacerlo, pero…
Sí, sí tienes razón, rompe con la tónica que llevábamos. Y qué tal… «¡Eh, chúpamela!» a secas.
Efectivo, pero un poco soso. Muy seco. De hecho, parece que me estás atracando con el pene. Venga, ¡que nunca nos falta creatividad!
Creatividad, ya…
Sí…
¿Qué decir para chupar la polla que mole y no suene mal…?
…
Y no me malinterpretes, que no digo que hacerlo en tono despectivo y más directo este mal o no me guste. Es solo que…
No, si te comprendo. Hay veces que de pronto, escuchas algo que dices y piensas: «¿en serio?» No te encaja, y ya te planteas cosas. Como ahora, con chuparme la polla.
Ahora que lo dices, creo que hemos repetido tantas veces la palabra chupar, que me parece hasta ridícula. No sé, ¿y si está ahí parte del problema?
Ya veo por donde vas. Hay más formas de decirlo: comer, mamar… mmmm… ¿tragar? ¿engullir?… ¿he dicho ya comer?
Me gusta mamar. Chupar es como que se queda a medias con el concepto. O sea, chupas, pero cuando está entera dentro de la boca, no es chupar exactamente… ¿No?
Quizás por eso el término felación fue creado. Muy específico, no da lugar a equívocos. Pero dudo que quieras que te diga: «Félame el coso, mujer«.
Casi que no. Probemos con mamar, a ver qué pasa.
Mamar me gusta, pero se tiene que introducir bien. En la frase, digo. O de lo contrario puede sonar peor que chupar.
Recuerda que nada de peticiones con «por favor».
Descuida. Originalidad, creatividad…
Y si…
¿Sí?
Una orden simple y directa: «Ven a mamarla» Uf, pues ahora no sé…
¡No, no! O sea, ¡sí! espera…
Te escucho.
Vale, ejem, bien, allá voy: «Vas a venir aquí, y me la vas a mamar con toda la dulzura que sabes dar. Hazlo lento, que no hay prisa; quiero que lo disfrutes tanto como yo. Quiero explotar en tu boca, llenarte hasta que no te quede más remedio que derramarlo»
Wow, vale. Joder, eso sí que ha estado bien…
¿Sí? ¿Te vale? Sinceramente, se me ha vuelto a poner durísima mientras lo decía.
Ahá… solo… pídemelo otra vez.
Eh, pensaba que aquí yo daba las órdenes. Shh, guarda tus besos y tu saliva, que te harán falta. Que te lo pida otra vez, dice… Claro que te lo voy a pedir. Vaya… mira cómo frotas tus muslos. Ya estás más que cachonda. Pero, por ahora, no permito que te toques. Necesito que utilices tus manos conmigo. Bien… eso es… ven.
Ven y regálame tu dulce mamada…
<3
